La Honestidad Academica
La integridad académica se puede definir como un "compromiso, incluso frente a la adversidad con seis valores fundamentales: honestidad, confianza, equidad, respeto, responsabilidad y coraje".
Esta está relacionada con que todos los miembros de una comunidad académica actúen con honestidad, y cuando no se actúa con honestidad se le conoce como deshonestidad académica.
Hay algunos beneficios si logramos llevar una buena integridad académica a nuestra cultura. Puede llegar a fomentar una cultura de confianza entre estudiantes y profesores, también llega a fomentar el pensamiento crítico y también la creatividad de los alumnos, también ayuda a desarrollar el crecimiento personal, ético y moral, fomenta un buen entorno de conocimiento e intercambio de información, aumenta la credibilidad y la reputación de las personas quienes realizan dicho trabajo.
Para lograr los puntos anteriores se presentan algunos retos, como el aumento de presión hacia los estudiantes para aumentar la competitividad académica,"También la disponibilidad de herramientas en el internet que ayudan a facilitar el plagio de los alumnos, también la necesidad de un seguimiento y actualización de medidas preventivas". (Mind the Graph, 2024)
La honestidad académica se ha convertido en algo fundamental para asegurar un buen aprendizaje en las aulas de clase, por eso es importante saber la importancia de este valor y reforzar más su importancia.




Estrategias para fomentar la honestidad académica
Existen diversos factores que influyen en que los/las estudiantes vulneren el principio de la integridad académica tales como el comportamiento de sus pares, el nivel de arraigo de la cultura de la integridad académica en la institución, la percepción de que existe una oportunidad para hacer trampa. "Es por ello, que los maestros pueden desempeñar un rol valioso a la hora de fomentar la integridad en los estudiantes y en sus comunidades académicas" (McCabe, 2016: 193).
Podemos ver el estudio sobre disuasión de la deshonestidad académica como el de Corrigan-Gibbs (2015) encontraron que si antes de cualquier tarea examen o entregable en general adviertes sobre las consecuencias de la honestidad académica puede llegar a disuadir a los estudiantes a hacer trampa. Por lo que es recomendable que en los criterios de evaluación se especifique las posibles consecuencias a este tipo de conductas, e incentivar a los estudiantes a leerlo para que revisen y acepten estas condiciones cuando revisen el programa del curso.
Se puede construir una relación con los alumnos ya que cuando los profesores responden a las preguntas de los estudiantes, brindan comentarios sustanciales a lo largo de un curso y encuentran otras formas de interactuar con los estudiantes, es menos probable que hagan trampa. Importa si los estudiantes creen que un profesor se preocupa por ellos "(Bluestein, 2015).
Para ayudar más a sus estudiantes, los profesores pueden diseñar un curso más llamativos e interactivos para ayudar a sus alumnos a interesarse por lo estudios en lugar de optar por la deshonestidad académica (hacer trampa) con cosas como foros de discusión en los cuales a veces puedan discutir temas de interés de los alumnos al igual que los temas requeridos para el programa académico de cada escuela.